Perfecta Armonía

Corriendo por el callejón se dijo a si mismo, "Contémplanos, en perfecta armonía", era sorprendente como su relación con Xavier había llegado a este final. Milianne era una chica feroz pero a la vez muy vulnerable a los hombres que sudan la autoridad por todos los poros en sus momentos desafiantes. Esa clase de hombre que parece débil, calzonazos, cuya superficie de tranquilidad rompe inesperadamente y te manda al carajo con tal fuerza que lo único que quieres es que te perdone y te recoja en sus brazos fuertes llevándote a la cama con esa pasión insistente que te hace creer que serás incapaz de abrir los ojos cuando amaine la tormenta de su masculinidad. El pensamiento se evaporó más rápido de lo que le había llegado, y se concentró aun más en la sangre que se apresuraba por sus piernas, entregándola hacia su destino.